02 de Octubre del 2015
Es muy fácil pensar que una caldera gasta mucha energía pero realmente no es el único problema de la ineficiencia energética.
Lo primero es concientizarnos del aislamiento de la vivienda y de unos buenos sistemas de puertas y ventanas que minimicen las filtraciones.
Es muy importante ser conciente que las grandes superficies vidriadas, que arquitectónicamente son muy agradables ya que aportan transparencia y luz, tienen un alto coeficiente de trasmisión térmica siendo una importante fuente de perdida de calor.
El proceso de transmisión de calor, siempre se produce desde un espacio o cuerpo más caliente hacia uno menos caliente. Evitar el ingreso excesivo de calor en verano e impedir que el calor procedente de los sistemas de calefacción escape hacia el exterior durante el invierno, son aspectos de importancia a tener en cuenta en la elección de vidrios para la vivienda. La elección incide en el confort térmico interior y determinarán el consumo permanente de energía del hogar.
Lo ideal es de a poco poner en marcha un plan de aislamiento: cambiando algunos vidrios simples por dobles con cámara de aire (tienen la mitad de coeficiente de trasmisión térmica), colocar la mayor cantidad de burletes posibles, aumentar la cantidad de cortinas gruesas que impidan el paso del frío.
Contar con un termostato de ambiente que controle la temperatura de confort es indispensable, ya que cada grado de temperatura que calentamos de más gasta un 7% de energía adicional. Otra medida importante es disminuir la temperatura de agua del sistema, 40°C para piso radiante. 60/70°C para radiadores, a mayor temperatura de agua mayor será el consumo de la caldera, ya que el gasto mayor es cuando la caldera trabaje a potencia máxima. Si se tiene radiadores es conveniente aumentar la cantidad de elementos de cada radiador para disminuir la temperatura de agua y trabajar la caldera a menor potencia.
Recién después de mejorar estos temas se puede pensar en la caldera. Verificar si la caldera posee tecnología de llama modulante y el mantenimiento es óptimo, ya que una caldera sin mantenimiento y limpieza puede gastar un 15% más.
Si la caldera no posee modulación de llama, tiene muchos años y problemas de falla, la alternativa es pensar en una caldera nueva, con tecnología eficiente.
Ahorrar en calefacción es posible sin perder el bienestar, solo es necesario actuar en varios frentes.